


¿ Cómo hacer obedecer a los niños sin maltratarlos?

A continuación te presentaremos dos reflexiones, acerca del concepto de los niños por una mujer que no es mamá y una que si lo es, que nos muestra dos concepciones muy contradictorias.

¿Tendré algún día el deseo de ser madre, conociendo sus implicaciones?
La forma de educar los hijos se vuelve cada día más difícil tanto por el medio que promueve unos niños sin castigo y con premios, quizá más de los que se merecen, como el ideal de que no hay padres con manual por lo tanto son perfectos, lo que hace creer a los padres que siempre tienen la razón y cuando se equivocan es porque no han recibido un curso o un carrera donde se les enseñe la labor de ser padre.
No se busca un papá perfecto, lo que se busca es un papá capaz de poner límites a sus hijos con amor, donde NO incite al niño a hacer las cosas por satisfacer a los demás, sino porque le brinda satisfacción a él mismo, porque no le hace mal a nadie, donde está avanzando de una manera óptima en su desarrollo evolutivo y donde se le enseñe al niño a sublimar todos los deseos agresivos con los que nace.
Es evidente que los niños nacen con maldad, el ideal de que la sociedad los corrompe cada día tiene menos fuerza, su agresividad es evidente desde bebés, desde que patean en el vientre de la madre, cuando se pegan a morder el pezón de la mamá, cuando lloran inconsolablemente porque no obtienen lo que desean, en una etapa más avanzada cuando muerden con el deseo de destruir, no porque sea una conducta aprendida en el hogar, es porque son pulsiones a las que no nos podemos negar.
En nuestro discurso está implícito esto pero nos negamos a la idea de aceptarlo, siempre educamos a nuestros niños con la idea de que se conviertan en alguien en la vida, que progresen, lo que significa que no son nadie, que tienen que estudiar y trabajar un poquito para poder alcanzar por lo menos el bachillerato y un buen empleo o que por lo menos no sigan con la idea de morder a sus “amiguitos” cuando algo les molesta, de niños es un chiste pero si lo hacen cuando esta grande es una ridiculez, ¿Porque habría de entenderlo como esto, si siempre fue un chiste?.
La invitación es a que se cree más conciencia de que todo lo que hacen los niños es serio y que va a marcar una pauta en su desarrollo hacia la adultez, a los niños hay que corregirlos porque nacen predestinados a la maldad y si no hay quien guie ese proceso de cambio y aprendizaje probablemente se quede con las pulsiones de muerte y agresividad a todo furor.
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Reflexión de una mujer que NO es Mamá:
Daniela Holguín Muriel, Estudiante de Psicología, (2015)
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Reflexión de una mamá:
¿Soy la mamá o soy la psicóloga?
Muchas veces nos encontramos con personas que en particular también es mi caso, somos mamás y resulta que también se es psicóloga o como yo en el proceso de formación. Resulta que ser mamá y tener la psicología presente no es nada fácil, porque personalmente yo era de las que pensaba “ Tiene toda la razón el psicoanálisis y sus teorías, los niños son como Freud los describe…” Y entonces cuando tenía total certeza de que lo mío era el psicoanálisis o la psicología dinámica… llegó Matías. Así de manera inesperada, cuando más pensaba que tenía controlada mi vida, cuando siempre había dicho que me iba a demorar muchísimos años para poder tener un hijo o que en su defecto, el único hijo que iba a tener era un perro o gato.
El en ese momento cambio mi vida sin darme cuenta que lo que haría era mejorarla. No creerán lo mucho que me choca Melanie Klein (Tiene todo mi respeto como académica y exponente de las relaciones objétales) ella me traumo como madre, no saben lo frustrante que es ver crecer tu bebe sin estar pensando en las etapas del desarrollo, claro que yo a veces pensaba “¿Si estará desarrollando la etapa que es? ¿Estará sintiendo esa ansiedad persecutoria? ¿Qué tan fuerte estará su yo?”, todas y más preguntas rumbaban mi cabeza día a día. ¡Ha!, pero para acabar de cuadrar todo, sí que me acordaba del psicoanálisis, de cómo ve al niño, como ese ser primitivo y agresivo y yo lo único que podía pensar era “como mi gordito puede ser un ser agresivo, él es muy lindo, él es puro amor…”, yo por momentos me sentía como esa mamá cocodrilo que sobreprotege y se traga a su hijo, y lo inscribe en la psicosis o en la perversión, y yo solo podía tratar de olvidarme de eso y centrarme en que yo soy la mamá de Matías y pues no la psicóloga.
Debo aceptar que a medida que va creciendo esos impulsos agresivos si se van mostrando, pero sigo en mi posición “él no es tan terrible”, el me hala el cabello y ni que decir de las mordidas ya que tiene dientes, pero no hay nada que un “¡No seas brusco, suavecito y delicado!” no puedan solucionar. Yo no veo a mi hijo por muy psicóloga que vaya a ser, como un objeto de investigación y sí que menos lo veo como un negocio, a ellos se les debe enseñar, amor, respeto, tolerancia, pero sobre todo amor.
Para finalizar quisiera decir que no niego que a veces pongo a mi hijo bajo la luz de alguna teoría, pero solo como para ver qué tan cierta es, porque si hay algo que aprendí siendo mamá es que, sí, amor no quita conocimiento, pero tampoco me puedo dejar llevar por todo lo que me dicen.
Sara Isabel Duque Cano, Estudiante de Psicología (2015)

